Los adolescentes y las picadas
En
Rosario se multiplican los lugares donde se realizan picadas de autos y motos. Uno
muy conocido es la costanera de la zona norte, donde el ruido de los motores se
escucha desde lejos más de una noche por semana. Cómo esta actividad es
vivenciada por un concurrente habitual y cuáles son los motivos que lo llevan a
correr a altas velocidades.
(Entrevista realizada por una alumna de 4° año de
nuestra escuela a un joven de 22 años)
¿Qué sentido tiene para
vos correr a altas velocidades en esa recta?
(risas) ¿Y vos qué sentido
le encontrás a que veintidós personas corran atrás de una pelota? La verdad es
que muchas personas me lo han preguntado, y sé que para el que no le gusta no
tiene sentido. Para mí, correr en picadas es lo mejor. Son esos dos días en que
sé que voy a desafiar a lo que es llamado velocidad.
¿Cuándo empezaste a
correr picadas?
A los dieciocho, cuando
me regalaron la primera 110. Nunca ganaba y es por eso que empecé a trabajar
para juntar el dinero necesario y comprarme una moto más grande. Desde ese
momento no dejé ni un solo día la velocidad.
¿Tuviste algún accidente
grave en las picadas?
Sí, tuve cuatro
accidentes importantes con fracturas, quebraduras, golpes fuertes, pero a pesar
de esos accidentes me encanta la velocidad. Eso llamado adrenalina que siento
al pasar los semáforos en rojo, ir a velocidades que sé que si los demás no
frenan no freno yo. Día a día desafío la velocidad manejando autos y motos. Hoy
sólo tengo una moto, con ella tuve esos accidentes importantes y a pesar de todo
eso no pienso dejar de correr.
¿Por qué pensás que a los
adolescentes les gusta tanto correr?
Creo que por lo
mismo que me empezó a gustar a mí a esa edad. Hoy es la onda, la onda es hacer
picadas en La Florida ,
saber que todos están mirando qué motos tenés, si te caés, si ganás o perdés.
Todo empieza por la mirada de los demás. Si no tenés, o no hacés, no estás en
la onda. Además, a los 17 ó 18 empezás a descubrir la adrenalina, ese calor en
el cuerpo, la transpiración en las manos, saber que en ese momento el semáforo
se pone verde y comienza, pero no sabés cómo termina. Por lo menos, a mí me
pasa eso, y creo que los demás sienten lo mismo, por eso les gusta.▪
No hay comentarios:
Publicar un comentario